Me apuré porque estaba llegando tarde. Salí de casa sin darle un beso a mamá, seguramente cuando llegue estará ahí. Recordé que mamá nunca salía de casa sin darle un beso a la abuela y pensé “los ritmos de antes eran diferentes”, como si alguien ajeno marcara los tiempos.

Frenar la vorágine: El arte de recobrar el tiempo

Vi pasar a dos personas y las miré. Hice una pausa, me coloqué los lentes y tomé el valor para preguntarme “¿Qué es lo que verdaderamente importa?”. Vivimos inmersos en una vorágine cotidiana que no nos deja pensar. Debemos cumplir ciertos mandatos sociales, actividades y estándares para estar dentro de la “norma”. ¿Qué es lo normal? ¿Quiénes son normales? me cuestioné, y decidí volver a casa.

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