
Dobló la esquina una pareja, que de lejos se veía feliz. Se acercaban rápidamente hacia mí. Escuché que se reclamaban “vos siempre igual” mientras sonreían para disimular, por más que sus miradas lo decían todo.
Había un poco de sol y decidí ponerme los lentes. Pude entender a una de las tantas parejas que continúan por alguna obligación que la sociedad les impone, por más que cada integrante de la pareja no sea quien quiera ser y deba dejar su espírtu tras las rejas para forzar la relación.
Comprendí la violencia, los prejuicios y el machismo disfrazados de amor. Me di cuenta que algunas personas no son libres de vivir sus propios sentimientos, mientras que otras deciden y coartan la felicidad y el autoestima de sus parejas.
Pensé ¿qué es el amor? y varios momentos se vinieron a mi mente, no solo amor de pareja, sino también de amigos, de familia y de la abuela, sin embargo aún continúo sin la respuesta.