Encontré a dos animales mirándose, tras las rejas. Recordé la frase que me decía un viejo amigo: “Lo importante se encuentra en las miradas, no en lo que se mira”. Me corrí del antropocentrismo y amplíe mi horizonte: las miradas se dan entre seres vivos.

Entendí la urgencia de ponerme los lentes y poder cambiar mi percepción de la situación.
Las miradas van más allá de los ojos, su color y su belleza. Los ojos no mienten jamás y en esta vorágine diaria, las miradas hacen una pausa en el ritmo y son capaces de decirlo todo.
Hay miradas brillantes, apagadas, turbias, tristes e iluminadas. Miradas que te esperan, mientras otras desean que no estuvieras allí. ¿Es posible fingir las miradas? me pregunté.